(Actualización: Ya tenemos el Esquema Nacional de Seguridad y el Esquema Nacional de Interoperabilidad aquí, recién salidos del horno. Real Decreto 3/2010 y 4/2010, respectivamente. Véase la página del BOE del 29 de enero para acceder a los PDFs)
En este post y los siguientes de la serie vamos a ver cómo conseguir romper la seguridad de las tarjetas de proximidad RFID basadas en tecnología Mifare. Ello conllevará la lectura y modificación interna de sus datos e incluso el clonado de las mismas.
La tecnología RFID (Identificación Mediante Radio Frecuencia), conforma, hoy en día, una solución extensamente utilizada en sistemas de pago en transportes públicos, controles de acceso a edificios u oficinas, pasaportes, monederos electrónicos o sistemas de control de encendido en automóviles entre otras aplicaciones. Existen diversas soluciones como Mifare, Keeloq o RFID EM4102, que permiten al portador interactuar de forma inalámbrica con los sistemas desplegados. La seguridad de este tipo de tecnologías presenta deficiencias que pueden permitir a usuarios malintencionados realizar acciones ilícitas como fraude en sistemas de pago, bypass del sistema de encendido de automóviles, suplantar la identidad de personas o acceder a áreas de acceso restringido, entre otras cosas.