El bobo pone la reja después del robo

roboAtrás quedaron los turrones, compras, regalos, brindis y las uvas que acompañan a las campanadas. Por cierto, ¡feliz 2016! Disculpad el retraso pero ya conocen el refrán: más vale tarde que nunca. ;)

Esperamos que hayáis entrado con buen pie en el nuevo año y que no hayáis sido uno de los agraciados que, mientras prestaban atención a las campanadas y procuraban no atragantarse con las uvas, veían invadida su vivienda (vacía, en esos momentos). Con esta introducción ya podéis imaginar sobre qué trata la experiencia que os voy a contar.

Hace unas semanas nos juntamos el grupo de amigos para celebrar el fin de año en casa de unos compañeros. Una noche divertida en la que todo transcurrió con normalidad (con la “normalidad” característica de una Nochevieja [guiño, guiño]). Habiendo pasado una noche estupenda sin incidentes más allá de alguna copa rota y la potencial resaca, en la primera mañana del año, un amigo tramitaba un parte de robo con la empresa aseguradora de la vivienda. ¡Ouch! Esto no es precisamente entrar en el año nuevo con buen pie.

A toro pasado y, afortunadamente sin lamentar grandes pérdidas, nos preguntamos cómo se podría haber evitado el incidente: ¿sabían los ladrones que no iba a haber nadie en la finca o fue casualidad encontrar las viviendas vacías?, ¿eran las medidas de seguridad acordes al valor de lo albergado en la vivienda? Lo cierto es que la situación es propicia para este tipo de sucesos, a saber: si estás en casa, tu presencia suele ser evidente por el alboroto de la cena: las risas, música, etc. De la misma forma, tu ausencia también se hace notar. Por otra parte, es probable que haya más jaleo debido a las cenas y fiestas que ocurran en las casas de otros vecinos de la finca, quedando el ruido de los ladrones inadvertido. En fin, si este es el escenario, ¿qué podemos hacer?

Recuerdo haber visto hace tiempo una postal con el lema que da título a esta entrada (“El bobo pone la reja después del robo”) y pienso en cómo reducir el riesgo de un robo en casa: ¿qué es lo más valioso que albergas en tu vivienda?, ¿qué es lo que más te costaría recuperar?, ¿qué es lo que no podrías recuperar?… aunque son muchos los aspectos que podemos considerar, en esta ocasión vamos a dejar que nuestra deformación profesional nos ayude en la vida personal. Para ello aplicaremos unos conceptos con los que seguro estamos familiarizados:

  • Filosofía “Need-to-know”. Seamos discretos en la organización de nuestras escapadas, fiestas, vacaciones y, en definitiva, de cualquier evento que nos lleve a ausentarnos de nuestro hogar. Hoy en día es fundamental evitar anunciar en las redes sociales que no estaremos en casa. Mensajes como: “Este año las uvas en la Puerta del Sol”, “¡Nueva chaqueta para la nieve, queda menos de una semana para que la pueda estrenar!”, etc. pueden resultar perjudiciales si llegan a manos de quien planea el robo. Por lo tanto, en la medida de lo posible, que sólo esté al tanto de nuestros planes quien realmente deba saberlos.
  • If you see something, say something. Tal y como ocurre en nuestras organizaciones, jugamos un papel muy importante en la detección de incidentes de seguridad, robos, en este caso. Por ejemplo, cabe pensar que nadie elige hacer una mudanza en Nochevieja, por lo que ver a esos “nuevos vecinos” transportando una televisión LED de 50 pulgadas a altas horas de la madrugada debería levantar sospecha. ¿No creen? Así pues, tan importante puede ser nuestra alerta respecto a la seguridad de nuestros vecinos como la suya respecto a nosotros. Establecer una cultura de seguridad, sin caer en la paranoia, siempre nos reportará en positivo y, en ese sentido, debemos informar a quien consideremos oportuno (vecinos, autoridades, etc.) en caso de presenciar alguna actividad sospechosa.
  • El valor de los activos y las consecuencias de su pérdida. Si bien es cierto que la mayor parte de este tipo de robos tiene como objetivo el valor de los objetos sustraídos, no debemos descartar la posibilidad de que la intrusión tenga como objetivo la información que manejamos, especialmente si practicamos el teletrabajo, o si somos autónomos y nuestra casa es, en muchas ocasiones, nuestra oficina. En ambos casos, debemos valorar el daño que se nos puede ocasionar respecto a nuestra “vida digital” tanto desde el punto de vista personal como profesional. Imaginad el impacto que supondría para un arquitecto autónomo el robo de su estación de trabajo (un goloso iMac de 27”) junto con un disco duro externo, donde guarda las copias de seguridad de sus proyectos que, casualmente, se encontraba al lado del ordenador. Por lo tanto, no debemos olvidar que la seguridad de la información es también un aspecto importante en nuestros hogares.

Todos estamos expuestos en mayor o menor medida a sufrir un robo en nuestros hogares, ahora bien, lo dañino de las consecuencias dependerá en gran medida de lo previsores que hayamos sido y, aunque el azar sea un factor más, conviene atar todos los cabos que estén a nuestro alcance.

Esperamos que no tengan que vivir acontecimientos similares y puedan disfrutar plenamente del 2016.

[Sobre Samuel Segarra]

Comments

  1. donde guarda las copias de seguridad de sus proyectos que, casualmente, se encontraba al lado del ordenador

    Las copias de seguridad deben estar en una ubicación diferente a los datos originales para evitar que una catastrofe (robo, inundación, fuego, etc.) nos deje vendidos. Esos datos son los que dan de comer a los profesionales autónomos.