Apps para todo

A estas alturas, bien sabemos que ya hay más bien poco que no se puede hacer con un Smartphone. Esos cacharritos que todos (o casi) llevamos en el bolsillo y que nos acompañan a todas partes, que habitualmente dejamos sobre la mesa cuando salimos a comer o cenar y que hacen los trayectos en metro más llevaderos.

Con más de dos millones de aplicaciones para elegir, tenemos para todos los gustos. Es fácil encontrar rankings de las aplicaciones más útiles para viajar, para mejorar nuestra productividad, los juegos más adictivos o las aplicaciones más inútiles.
Hoy quiero elaborar mi propia lista de “aplicaciones que a mí jamás se me habrían ocurrido”, pero pensando en ellas desde un punto de vista distinto al de su funcionalidad: el de los permisos que solicitan para ser instaladas.

No te dejes a tu hijo en el coche


También aplicable a mascotas, existen aplicaciones que cuando salimos del coche nos avisan para que no nos dejemos dentro lo que más queremos (ya sabéis, a tu hijo puede que te lo olvides, pero el móvil siempre va contigo).
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Leyendo la descripción de la aplicación, no he conseguido averiguar cómo funciona, así que no tengo del todo claro que los permisos sean necesarios. Podría ser que si indicas que llevas un niño, cuando detecte por la ubicación que te estás alejando del coche te recuerde que compruebes que no te has dejado al niño. Para el resto de permisos, de momento, no se me ha ocurrido explicación.

No te deshidrates

De nuevo, los Smartphone vienen en nuestra ayuda para que no tengamos que hacer uso de nuestra memoria. Dentro del cada vez más de moda concepto de aplicaciones para el bienestar y la salud encontramos un buen grupo de apps que nos recuerdan que bebamos agua de vez en cuando.
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Si se trata de una aplicación que cada cierto tiempo me muestra una notificación para que me beba un vaso de agua ¿para qué necesita acceder a las cuentas de mi dispositivo, o a mis ficheros multimedia?

Aparca siempre a la sombra

Esta aplicación la encontré en una lista de apps inútiles, pero a mí me parece que si funciona bien, debe ser muy práctica (imagino que el calor de Valencia le da más valor a los aparcamientos a la sombra). Tal y como sus creadores la definen: “es una aplicación móvil muy sencilla que te permite conocer dónde va a dar la sombra a una determinada hora del día, teniendo en cuenta tu ubicación y la época del año.”
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En este caso, el único permiso solicitado por la aplicación tiene toda la lógica del mundo: si te muestra dónde va a dar la sombra dentro de un rato en el lugar en que te encuentras ahora, necesita conocer cuál es tu ubicación.

Mantén una buena higiene bucal

Si te aburres al lavarte los dientes y siempre acabas más rápido de lo que deberías, también hay una aplicación para ti (varias, de hecho).
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Al menos en este caso, una aplicación que no deja de ser un cronómetro con adornos, no pide ningún permiso (como era de esperar). Sin embargo, para esta tarea he encontrado otras opciones que sí piden permisos como acceso a los archivos del dispositivo, a la información de la WiFi o a los datos de la llamada. ¿Para qué? Pues eso me gustaría saber a mí.

Líbrate de situaciones incómodas

¿No sabes cómo ponerle fin a una conversación? No tienes más que fingir que recibes una llamada importante que debes atender en ese mismo momento y quedarás libre. Para ello, tienes un montón de apps disponibles. Por supuesto, cada una solicita más permisos que la anterior:
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Básicamente, esta aplicación puede hacer casi de todo con nuestro teléfono. Tiene sentido que necesite acceder al teléfono si va a fingir que nos llama alguien, y puede que también esté justificado el acceso a los contactos si nos da la opción de fingir que el llamante es alguien de nuestra agenda. El resto de permisos, los dejo a criterio del lector.

Para no extenderme demasiado, lo voy a dejar aquí. Pero podríamos seguir hasta cansarnos. De todas las funcionalidades que hemos visto, existen distintas alternativas que hacen más o menos lo mismo. En algunos casos la diferencia es, precisamente, los permisos que nos piden.
Yo he escogido un ejemplo para cada caso, pero os animo a hacer vuestra propia investigación para que comprobéis si esas aplicaciones tontas que os habéis instalado para pasar el rato son tan inofensivas como aparentan.