La CCI rusa (XVII): objetivos. España

La Primera Dirección General del KGB era la responsable de todas las operaciones del servicio fuera de la URSS; esta Dirección incluía departamentos focalizados en diferentes áreas geográficas del mundo, que constituían el núcleo operativo de la Dirección General, y que eran responsables entre otros cometidos de casi todas las empresas ligadas al KGB que operaban fuera de territorio soviético. Y dentro de estos departamentos geográficos, el Quinto se ocupaba de Francia, Italia, Países Bajos, Irlanda… y España. Sin duda no llegábamos al nivel de Estados Unidos y Canadá (Primer Departamento, ocupado en exclusiva por estos dos países) pero tampoco andábamos muy lejos, quizás en un segundo nivel. Por diferentes motivos que obviamente han ido cambiando a lo largo de los años, desde la Guerra Civil hasta nuestros días España ha sido un objetivo histórico (no el más prioritario, pero sí relevante) para la inteligencia soviética y ahora lo sigue siendo para la inteligencia rusa: desde el NKVD durante su tiempo de vida hasta los servicios actuales, pasando obviamente por el KGB desde mediados hasta finales del pasado siglo. Exactamente igual que la URSS, o Rusia en la actualidad, también es y ha sido un objetivo importante para Occidente: por ejemplo, no tenemos más que leer algo sobre la operación Mari, en los años 60 ([2]).

Un buen ejemplo de las actividades rusas en la España de los años setenta y ochenta es SOVHISPAN. Esta consignataria soviético española, fundada en 1971 y que operó hasta 1993, aprovechó la situación estratégica de las Islas Canarias para desplegar allí una capacidad de abastecimiento de los buques soviéticos que faenaban en las costas africanas o hacían paradas técnicas en los viajes transatlánticos (bien de pasaje o científicos). A primera vista, una interesante relación comercial entre dos países y una espectacular fuente de ingresos para las Islas, con vuelos directos entre Las Palmas y Moscú operados, entre otros, por Aeroflot. Pero además, una cobertura perfecta para el KGB y el GRU y sus intereses en España: desde la entrega del Sahara o la llegada de la democracia, hasta la utilización del independentismo canario como posible elemento desestabilizador para evitar la entrada de España en la OTAN. Los servicios españoles no fueron ajenos a esta situación, y propiciaron la expulsión de soviéticos acusados de espionaje; se estima que entre 1977 y 1985 fueron expulsados de España al menos quince agentes del KGB y del GRU, algunos de ellos relacionados directamente con SOVHISPAN, como el propio Director General de la compañía, Yuri Bitchkov (1981).

Ni hace años, como ya hemos indicado, ni tampoco en la actualidad, con unas necesidades de información diferentes: España no es el objetivo prioritario de la inteligencia rusa. Por poner unos ejemplos, en el ámbito OTAN somos una potencia media frente a países como Francia o Alemania, estamos alejados geográficamente de Moscú ([1]), no podemos desestabilizar a la Madre Rusia ni por nuestra influencia en la zona del este de Europa ni por nuestras reservas energéticas, no disponemos de una capacidad militar que suponga una amenaza real a las fronteras rusas (pero por otro lado, estamos en OTAN)… No obstante, no ser el objetivo prioritario no significa no ser un objetivo; debemos considerar a España como un objetivo significativo en la actualidad para los intereses rusos, como lo sigue siendo todo el ámbito OTAN u “Occidente” ([3]). Y para ello no es necesario remontarse al siglo pasado y a las actividades de SOVHISPAN: más recientemente se han identificado diferentes casos de espionaje ruso contra España que han saltado a la opinión pública. A finales de 2010, dos miembros de la embajada rusa en España fueron expulsados del país acusados de espionaje (en realidad, fue todo más discreto: se les invitó a abandonar el territorio nacional por realizar acciones ajenas a su estatus diplomático…), medida ante la que Rusia reaccionó como es habitual, expulsando a dos diplomáticos españoles de Moscú. También fue difundida por toda la prensa generalista la detención en 2007 de un antiguo miembro del CNI al que se había identificado como un agente doble que vendió información sensible a los servicios rusos hasta el año 2004; primer condenado por traición en democracia, que a día de hoy sigue en prisión.

Pero, ¿qué busca la inteligencia rusa en España? En función de las necesidades de información rusas, vistas con anterioridad en esta misma serie, volvemos a identificar cuatro grandes ámbitos de interés para los servicios rusos en España o, generalizando, en cualquier parte del mundo: la inteligencia científico-técnica, la inteligencia política y diplomática, la inteligencia militar y la inteligencia económica; incluimos el ámbito “ecológico” (energético) como de especial interés en casi todos ellos. Vamos a analizar cada uno de estos ámbitos en el escenario español actual, tanto en la Administración Pública como en la empresa, partiendo del hecho de que, sobre el papel y de manera formal, España y Rusia mantienen un acuerdo desde hace años para la protección mutua de la información clasificada, en especial la política, militar, técnico-militar y económica ([5]). Nos suenan estos ámbitos, ¿verdad? También es cierto que este acuerdo habla explícitamente de información “intercambiada en el curso de la cooperación”, no de la información “no intercambiada”…

Centrémonos en primer lugar en la Administración Pública; las Administraciones Autonómicas (mucho menos las Locales) no tienen por qué ser un objetivo ruso, al menos habitual, aunque es necesario recordar que en ciertos casos podría ser interesante para Rusia acceder a información del contexto autonómico. Si así fuera, las Comunidades Autónomas con más interés potencial para Rusia podrían ser Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía e Islas Canarias, y por motivos obvios la Comunidad de Madrid; en todas estas Comunidades existen Consulados rusos (en algunas de ellas, honorarios). Esto tiene una explicación sencilla: en el litoral catalán, en la Costa del Sol, en la Comunidad Valenciana y en el archipiélago es donde más ciudadanos rusos se concentran (Barcelona es la ciudad y Alicante la provincia de España con más población rusa). De esta manera, ocasional -y potencialmente, potencialmente, como siempre- podría ser interesante para la inteligencia rusa acceder a un historial médico de un ciudadano de esta nacionalidad que esté siendo tratado en un hospital español, por poner un ejemplo, por lo que las zonas con más posibilidades de ser un objetivo puntual serían las citadas.

Pero más allá de intereses ocasionales, si hablamos de la Administración Pública española, es necesario mirar a la Administración General del Estado (AGE), supuesto objetivo clave para Rusia, como supuesto objetivo clave para los servicios de cualquier país del mundo; todos los Ministerios que conforman la AGE son un objetivo ruso. La AGE tiene obviamente un interés político y diplomático, una de las necesidades básicas de la inteligencia rusa, e incluso alguno de sus Ministerios un interés científico-técnico (Defensa, Fomento, Educación…) o económico; mención aparte merece el Ministerio de Defensa, con el añadido del interés militar para la inteligencia rusa. De hecho, según el CCN-CERT los principales objetivos rusos en España son gubernamentales; pero aunque todos los Ministerios españoles sean un objetivo, por diferentes motivos, puede haber algunos que lo sean más que otros… ¿cuáles podrían ser los principales objetivos? Quizás, sólo quizás, los siguientes -con su denominación formal correspondiente-: Presidencia, Exteriores, Defensa, Interior y Economía. ¿Por qué estos cinco? Porque por la sensibilidad de los datos que manejan, lo serán de cualquier servicio extranjero en general: no en vano han conformado la CDGAI (Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia, [4]).

Aparte de Secretarías, Direcciones Generales, etc., cada Ministerio tiene diferentes Organismos Públicos vinculados; focalizándonos en los cinco anteriores, dentro de los dependientes de Presidencia el objetivo clave por definición seguramente será el Centro Nacional de Inteligencia, el principal actor de la inteligencia española, o el Departamento de Seguridad Nacional, por supuesto muy por encima de otros organismos como el BOE o Patrimonio Nacional. En el caso de Exteriores, los principales objetivos podrían ser la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) o el Centro de Estudios Internacionales -buena parte del resto son centros culturales-, mientras que si hablamos de Defensa todo, en mayor o menor medida, es un potencial objetivo ruso: desde el INTA o la DGAM hasta el ISFAS (aunque seguro que éste es menos interesante que los dos primeros). Para Interior la Policía, Guardia Civil o Instituciones Penitenciarias pueden ser especialmente sensibles -recordemos el amplio ecosistema de inteligencia ruso y sus relaciones con terceros- y por último, en Economía, quizás el mayor foco de interés lo constituyan organismos como el CDTI o CSIC, por la ventaja científico-técnica que su información puede aportar a los servicios y empresas rusas.

Mención aparte de la propia Administración merecen las empresas públicas (o semi públicas) adscritas; en el Inventario de Entes del Sector Público Estatal (INVESPE) se relacionan todas las sociedades mercantiles adscritas a Ministerios. Tenemos más de 150 empresas públicas que van desde algunas con tan poco interés potencial -en este contexto- como “Aparcamiento Zona Franca, S.L.” o “Compañía Española de Tabaco en Rama, S.A.”, adscritas ambas a Hacienda, hasta otras que sí pueden ser un objetivo claro, como ISDEFE, S.A. (Defensa) o INCIBE, S.A. (Industria). En este caso, en el de las empresas, los intereses de la inteligencia rusa no estarán tan focalizados en política y diplomacia, sino que se centrarán en el espionaje científico-técnico y en el económico, como lo harán en la empresa privada; por este motivo, aquí puede ser necesaria una mención especial a las empresas adscritas a determinados Ministerios que participan en proyectos de muchos millones de euros, como Fomento, por el espionaje económico y técnico del que puedan ser objeto (y no sólo ruso).

Si ya pasamos al ámbito privado, el de las empresas, el espionaje político o el militar pierden obviamente fuerza en favor del científico técnico y el económico en diferentes sectores -como hemos dicho, lo mismo que en la empresa pública-: las empresas rusas compiten en grandes concursos con las españolas y sus servicios tendrán un interés legítimo en favorecerlas, además del interés en obtener una ventaja técnica directa mediante el robo de información. Uno de los principales sectores de interés puede ser el energético, principal motor ruso, por lo que podemos hablar de las empresas de este sector como un objetivo claro; sin ir más lejos, recordemos el interés de Lukoil por entrar de manera severa en REPSOL hace unos años. En este grupo entrarían todas las grandes energéticas españolas (sin dar nombres, seguro que todos las identificamos), así como otras empresas ligadas directa o indirectamente al sector.

Pero más allá del energético, cuando hablábamos de las necesidades de información rusas unos posts atrás hacíamos referencia a otros sectores marcados como clave por su Estrategia de Seguridad Nacional: TIC, biomedicina, farmacia, tecnología nuclear, nanotecnología… en definitiva, sectores punteros que pueden hacer avanzar a un país de forma significativa. Nada extraño ni para los servicios rusos ni para los de ningún otro país, por supuesto. Las empresas de estos sectores serán objetivo potencial de la inteligencia rusa, como seguramente lo serán de muchos otros servicios: sus investigaciones, proyectos, patentes… valen mucho dinero. Una relación de las empresas españolas en cada uno de estos sectores no es ningún secreto, y consultando fuentes abiertas podemos hacernos una idea aproximada de posibles objetivos en España con todo lujo de detalles.

Un ámbito especialmente interesante es el del espionaje científico-técnico en empresas ligadas a Defensa, posible objetivo tanto de la inteligencia civil como de la inteligencia militar rusas. Aquí, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) tiene inscritas unas seiscientas empresas en su catálogo; el dato es clasificado, pero no hay más que consultar WikiPedia para obtener un interesante listado de empresas de este sector; si dejamos a un lado empresas más clásicas y nos focalizamos en tecnología (ojo, no sólo informática, hay muchas tecnologías interesantes para la Defensa… y sobre todo caras, objetos de interés ruso) obtenemos una relación jugosa de empresas en este ámbito. O más sencillo aún: podemos acudir, por ejemplo, a páginas web de asociaciones que aglutinan a las propias empresas del sector donde, en algún caso, además de proporcionar la relación de asociados -algo obvio- se clasifican éstos en función de diferentes parámetros, como el número de empleados: así podemos identificar fácilmente empresas españolas que trabajan en tecnologías para el sector Defensa o afines con, por ejemplo, menos de cincuenta trabajadores. ¿Qué significa esto? Que tenemos una excelente relación de empresas interesantes para los servicios rusos pero que además son de pequeño tamaño, lo que a priori -no tiene por qué ser así, y esperemos que no lo sea- puede implicar que son objetivos blandos; para hacernos una idea, estas empresas trabajan en entornos tan variados e interesantes como la fabricación de buques de guerra, la nanofotónica militar o la electrónica submarina…

En definitiva, España ha sido y sigue siendo un objetivo de la inteligencia rusa, no el más prioritario pero quizás sí en un segundo nivel; por tanto no es de extrañar que los servicios rusos, o las APT rusas, tengan a España en su punto de mira, tanto en la Administración Pública (prioritario) como en el sector privado (biomedicina, TIC, defensa…), buscando información alineada con sus necesidades, por supuesto siempre presuntamente. A modo de ejemplo, si en el Targeted Cyberattacks Logbook de Kaspersky seleccionamos campañas de ciberespionaje o robo de información que hayan tenido a España en el Top 10 de sus objetivos encontramos cinco, de las cuales tres son Turla, Agent.BTZ y Crouching Yeti. Nos suenan, ¿verdad? Por curiosidad, las otras dos son de habla hispana: Machete y Careto. Otros trabajos hablan claramente de España como un objetivo relevante para APT28 ([6]), MiniDuke ([7], [8]) o Energetic Bear ([9]), por poner solo unos ejemplos de APT supuestamente rusas que han impactado en nuestro país. De hecho, FireEye, en sus informes sobre EMEA, indica que en esta zona España pasó del décimo puesto en detección de APT en 2014 al tercero en 2015 ([10]), algo que demuestra que está en el punto de mira de diferentes actores -no sólo rusos-.

Para finalizar este apartado, dos comentarios. En primer lugar, es necesario recordar que los objetivos aquí identificados no constituyen en ningún caso una relación exhaustiva; aunque quizás éstos sean unas prioridades, recordemos la capacidad y voracidad de los servicios rusos y sus amplias necesidades de información: pocas organizaciones cuya información tenga valor político o económico deben considerar a Rusia una amenaza lejana -ni tampoco a otros actores-. En segundo lugar, todo lo reflejado en este post ha sido extraído de fuentes públicas y en muchos casos son opiniones estrictamente personales, como casi siempre…

Referencias
[1] Javier Morales, Eric Pardo. Rusia en la estrategia de seguridad nacional 2013. UNISCI Discussion Papers, número 35. Mayo, 2014.
[2] Claudio Reig. El espía que burló a Moscú. Ed. libros.com. Abril, 2017.
[3] Mira Milosevich-Juaristi. ¿Por qué Rusia es una amenaza existencial para Europa?. Real Instituto Elcano. Julio, 2015.
[4] Gobierno de España. Real Decreto 1886/2011, de 30 de diciembre, por el que se establecen las Comisiones Delegadas del Gobierno. BOE 315, de 31 de diciembre de 2011.
[5] Gobierno de España. Acuerdo entre el Gobierno del Reino de España y el Gobierno de la Federación de Rusia sobre la protección mutua de la información clasificada. BOE 312, de 26 de diciembre de 2014.
[6] Razvan Benchea y otros. APT28 Under the Scope. A Journey into Exfiltrating Intelligence and Government Information. BitDefender. 2015.
[7] F-Secure. The Dukes. 7 years of Russian cyberespionage. F-Secure Labs Threat Intelligence. Septiembre, 2015.
[8] Costin Raiu, Igor Soumenkov, Kurt Baumgartner, Vitaly Kamluk. The MiniDuke Mystery: PDF 0-day Government Spy Assembler 0x29A Micro Backdoor. Kaspersky Lab. Febrero, 2013.
[9] Symantec. Dragonfly: Cyberespionage Attacks Against Energy Suppliers. Symantec Security Response. Julio, 2014.
[10] Álvaro García. APT. Evolución de las tácticas. Situación de España en el panorama europeo. IX Jornadas STIC CCN-CERT. Diciembre, 2015.

Ver también en: