La CCI rusa (XI): el ecosistema de inteligencia. Empresas

Cuando hablamos de la relación de los servicios rusos con las empresas del país, es necesario destacar que a dichos servicios no les interesa cualquier tipo de organización, sólo las que puedan dar una cobertura al servicio o aquellas que les permita controlar, en mayor o menor medida, una parcela de interés para los intereses nacionales de Rusia –generalmente empresas estratégicas para la nación-: recursos naturales (gas y petróleo sobre todo), medios de comunicación, monopolios estatales creados tras el desmembramiento de la URSS… Como dato curioso en relación al control estatal en algunos ámbitos, en la legislación rusa se identifican sectores o empresas estratégicas y es la propia Ley rusa quien define cómo invertir en ellas, incluyendo la inversión extranjera en estas empresas: las empresas extranjeras tienen prohibido ser dueñas de una empresa estratégica rusa, salvo aprobación explícita del Presidente.

Quizá el caso más famoso de empresa aparentemente controlada –o al menos con un elevado grado de penetración- por los servicios rusos ha sido el de Aeroflot, las líneas aéreas rusas. Desde el KGB hasta nuestros días tal era el control de los servicios de inteligencia que vuelos comerciales de la compañía se han utilizado hipotéticamente para repatriaciones forzosas de ciudadanos rusos o incluso para el tráfico de armas biológicas. En 1996 se asocian a los servicios rusos 3.000 de sus 14.000 empleados, situación que es denunciada por el nuevo Presidente de la compañía, que incluso llega a reclamar que dichos servicios abonen el salario de su personal en la compañía; huelga decir que acaba en la cárcel.

Por supuesto, en la actualidad los servicios rusos tienen mucho interés en empresas tecnológicas (interés que no sustituye al que tienen en empresas más clásicas, sino que se suma a éste). Desde empresas cercanas a los contenidos (las que poseen la información) como Mail.RU o VKontakte, hasta las grandes operadoras de telecomunicaciones como Rostelecom o TransTelecom (las que transportan la información), pasando por compañías de seguridad como Group IB (que posee el primer CERT privado ruso), RTEC (Russian Telecom Equipment Company, especializada en el desarrollo de tecnologías para comunicaciones seguras) o Kaspersky, la mayor compañía de seguridad rusa (de la que hay que decir que elabora unos excelentes informes técnicos de APT).

Un caso muy conocido de control (perdón, colaboración) de una empresa por parte de los servicios rusos se produce en diciembre de 2013, cuando el FSB solicita a Pavel Durov, fundador y CEO de VKontakte, datos de usuarios ukranianos (en la imagen podemos ver dicha solicitud). Y es que VKontakte, el “Facebook ruso”, no es sólo ruso: tiene millones de usuarios de ex repúblicas soviéticas, lo que lo convierte en una fuente de datos inmejorable para los servicios rusos. Esta solicitud motiva que Pavel Durov deje la dirección de la red social, venda su parte de la compañía y abandone Rusia, pasando Mail.RU a tomar el control de VKontakte en septiembre de 2014.

a b

A pesar de casos como el de VKontakte, sin duda el mayor nivel de control sobre empresas tecnológicas que existe en Rusia se produce sobre los proveedores de telecomunicaciones (teléfono, Internet…); dichos proveedores están obligados a facilitar acceso “de serie” al FSB tanto a las comunicaciones como a documentos internos de las compañías mediante SORM (Systema Operativno-Razisknikh Meropriatiy). SORM puede traducirse del ruso como “sistema para medidas operativas de búsqueda en comunicaciones”, sabiendo que ORM (“medidas operativas de búsqueda”, es la definición amable de interceptación ([1]) y es un conjunto de regulaciones y, sobre todo, de equipamiento tecnológico, de aplicación en los proveedores, que facilita al FSB y a otros servicios un mecanismo sencillo para escuchar las comunicaciones, evitando cualquier autorización judicial. Un dispositivo físico es desplegado en la infraestructura del proveedor de comunicaciones y conectado mediante un cable especialmente protegido a centros de operaciones del FSB. A partir de ese momento, el servicio puede acceder a las comunicaciones y sistemas sin ningún tipo de control por parte del proveedor –que a pesar de pagar de su bolsillo el equipamiento no tiene acceso a éste- y, por supuesto, sin ningún tipo de orden judicial (al menos a priori).

SORM fue inicialmente desarrollado en 1996 y en la actualidad cuenta con tres capacidades fundamentales: SORM-I, para la interceptación de comunicaciones telefónicas fijas y móviles, SORM-II (1998), para la interceptación de tráficos de red (Internet) y SORM-III (2014), que proporciona capacidad de adquisición de todo tipo de comunicaciones y almacenamiento de los datos y metadatos interceptados, con un elevado periodo de retención. Estos sistemas se ocupan de adquirir toda la información relevante de las comunicaciones rusas y facilitan el acceso a estos datos no sólo al FSB, sino a diferentes agencias de seguridad o inteligencia del país.

En resumen la colaboración, voluntaria o no (“nadie le dice NO al FSB”), de algunas empresas con los servicios rusos es teóricamente elevada, como también lo es el grado de penetración de estos servicios en el tejido empresarial ruso con dos objetivos: control y cobertura. Y hoy en día las tecnológicas pueden aportar mucho en ambos sentidos. Ojo, nada nuevo ni exclusivo del ecosistema de este país: ya hablaremos algún día de la CIA y algunas líneas aéreas estadounidenses, o de la NSA y ERROR: EOT. Connection closed.
Referencias
[1] Andrei Soldatov. Russia’s communications interception practices (SORM). Agentura.RU. http://www.europarl.europa.eu/meetdocs/2009_2014/documents/libe/dv/soldatov_presentation_/soldatov_presentation_en.pdf. Enero, 2014.

Libro recomendado: “El pequeño libro rojo del activista en la red”

portada_el_pequeno_libro_rojoEn esta entrada he decidido hacer una revisión del libro “El pequeño libro rojo del activista en la red”, escrito por Marta Peirano, periodista fundadora de Cryptoparty Berlin, co-directora de COPYFIGHT y adjunta al director del diario.es, entre otras cosas.

Así que el pequeño libro rojo del… ¿activista en la red? ¿Pero quiénes son los activistas? Marta Peirano ha seleccionado de forma muy acertada esa palabra para el título. Como bien recalca: “Cuando nuestros representantes no pelean por defender nuestros derechos sino contra nuestro derecho a ejercerlos, la única respuesta es la desobediencia. Puede que no tengamos nada que ocultar, pero sí tenemos mucho que temer. En una sociedad ultravigilada, todo el mundo es antisistema”. Dicho de otra forma, nos convertimos en activistas en la red en el momento que somos conscientes de los mecanismos de control y vigilancia y queremos escapar de ese sistema establecido.
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Evolucionando nuestro VPMS II

Hace algo más de dos años que vimos como evolucionar nuestro VPMS inicial para el control de acceso a red, a un sistema basado en una asignación dinámica de VLANs en función del usuario. No obstante, no siempre es posible este tipo de autenticación ya que, por ejemplo, podemos encontrar dispositivos conectados a nuestra red como controles de acceso, teléfonos o impresoras que no dispongan de funcionalidad para su autenticación mediante 802.1x y, por lo tanto, debemos garantizar otro tipo de autenticación, siendo lo más habitual usar la autenticación MAB (MAC Authentication Bypass).

Al igual que vimos en la configuración inicial de nuestro VPMS, mediante la autenticación MAB nos volvemos a basar en la dirección MAC del cliente para proporcionar el acceso a la red (no en el usuario final) aunque, al estar integrado en un servidor Radius, nos da más potencia que la versión inicial de VPMS. No obstante, como todo, tiene sus ventajas e inconvenientes. [Read more…]

Camuflaje en la capa de cifrado: domain fronting

En la entrada de hoy hablaremos sobre una técnica relativamente vieja (aunque programas como Signal la han empezado a utilizar hace relativamente poco) y que siempre me ha parecido un hack muy “astuto”: el domain fronting.

Por ejemplo, tomemos la dirección IP del frontal que nos sirve www.google.es:

$ host www.google.es
www.google.es has address 216.58.210.227

Vamos a fijarnos en el campo Common Name (CN) del certificado TLS que nos devuelve el servidor: [Read more…]

Ejecutando un binario mediante la técnica RunPE

La técnica conocida como RunPE la podemos encontrar descrita con varios nombres diferentes como: RunPE, Dynamic Forking, process replacement o process hollowing. También he visto que se refieren a ella como “process zombie”, pero después en otras fuentes mencionan diferencias que podéis leer aquí [5].

Durante los últimos meses hemos observado desde el laboratorio de malware que algunos “bichos”conocidos la implementan, por ejemplo como hancitor[1].

En esta entrada no vamos a explicar la técnica en detalle, ya que con un simple búsqueda en Google por los términos RunPE, Dynamic Forking o Process Hollowing, encontraréis información muy buena sobre la técnica [2][4].

Por tanto, el objetivo de la entrada es ver como un analista cuando se encuentra con un malware que utiliza esta técnica puede obtener el código del malware para analizarlo posteriormente (el código inyectado). Para probarlo, durante esta entrada hemos utilizado el código que podéis encontrar aquí [3]. Como podréis ver está sacado de una entrada del foro “www.rohitab.com” que se referencia como comentario en el mismo código fuente. [Read more…]

La CCI rusa (X): el ecosistema de inteligencia

coat_of_arms_of_the_russian_federation-svgNo podemos concebir la comunidad de inteligencia rusa, descrita en esta serie, como un conjunto de servicios dependientes del poder político o militar; el grado de penetración de estos servicios en toda la sociedad rusa es muy elevado, tanto oficial como extraoficialmente. No es ningún secreto que antiguos oficiales del KGB o del FSB ocupan puestos de responsabilidad en la política o las grandes empresas del país; como curiosidad, en 2006 se publicó que el 78% de los mil políticos más importantes del país habían trabajado para los servicios secretos rusos ([1]). Tanto es así que estos perfiles tienen un nombre propio: siloviki, término que viene a significar personas en el poder. Y no es ningún secreto quién es el siloviki más conocido: Vladimir Putin, Presidente de la Federación Rusa, quien fue agente del KGB en la época soviética y posteriormente Director del FSB.

Para entender este grado de penetración de la inteligencia rusa en ciertos órganos de poder es necesario remontarse especialmente a los años 90. El desmembramiento de la Unión Soviética causó una situación caótica en Rusia, con unos índices de paro o pobreza elevados; mucha gente había perdido su empleo –entre ellos, se estima que el 40% de los miembros del KGB ([2])- y la salida fácil para esos ciudadanos era, obviamente, la ilegal. Muchos antiguos miembros de las fuerzas de seguridad, del ejército o de los servicios de inteligencia acabaron engrosando las filas de grupos de crimen organizado o trabajando en el ámbito de la protección, legal o ilegal, de oligarcas o líderes mafiosos. Este trasvase de personal especializado a los grupos de crimen organizado supuso no sólo la forma de supervivencia de estas personas, sino un refuerzo considerable de dichos grupos, tanto en volumen como en calidad: muchos de ellos pasaron de ser pequeños grupúsculos sin especializar, que utilizaban técnicas básicas de intimidación, a convertirse gracias a esos nuevos fichajes en grupos mafiosos perfectamente organizados, con mejores recursos humanos y materiales y con unas tácticas altamente especializadas. Y muy especialmente, con mejores relaciones con los servicios de seguridad, defensa o inteligencia rusos, cuna de buena parte del nuevo personal de los grupos mafiosos.

En esta convulsa situación, parecía que el negocio más estable era el crimen organizado; a modo de ejemplo, en 1995 se había triplicado el número de homicidios frente a los datos de 1988. Cuando el Gobierno ruso comienza a privatizar empresas y servicios estatales, los grupos de crimen organizado, con mucho dinero y poder, identifican la oportunidad de posicionarse en éstos, lo que automáticamente no sólo incrementa su poder económico, sino que posiciona a las mafias en primera línea del poder político.
Recapitulemos: el crimen organizado mantenía una estrecha relación con los servicios de seguridad o inteligencia, ya que muchos de sus miembros provenían de éstos, y también con las grandes empresas privatizadas y por tanto con la política nacional. Una combinación perfecta para erigirse en una pieza clave para el país. El Gobierno ruso era consciente de que, para devolver el país a una situación de relativa normalidad había que contar, de forma obligatoria, con el crimen organizado; tanto fue así que en 1994 Boris Yeltsin llegó a denominar a Rusia “el mayor estado mafioso del mundo”.

Pero la llegada de Vladimir Putin al gobierno, en 1999, trata de cambiar esta situación con dos objetivos: devolver el control de los activos estratégicos al estado y hacer saber al mundo que el estado volvía a controlar dichos activos –y por tanto, Rusia era una potencia mundial como lo fue la URSS-. Arrebata el control de las principales empresas y puestos de mando a oligarcas y criminales y sitúa en ellos a antiguos oficiales del KGB o de su sucesor, el FSB, seguro de que todos ellos identificaban a la misma Madre Rusia de la que ya hemos hablado en esta serie.

Con una dosis de mano dura, Vladimir Putin consigue su reto y elimina en buena parte al crimen organizado de las posiciones estratégicas para el país; pero el poder adquirido por los grupos mafiosos durante los años noventa era demasiado elevado, y tratar de eliminar sus actividades por completo podría incluso desestabilizar a Rusia ([2]), con lo que Putin debe conformarse con apartarlos de estas posiciones estratégicas pero permitir de forma velada que continúen con sus negocios ilegales.
Fijémonos en la gran telaraña: los servicios de inteligencia rusos mantienen conexiones con el crimen organizado, ganadas en los años noventa, y una amplia penetración en los círculos de poder político (gobierno) y económico (empresas estratégicas) del país, ganada en la primera década de este siglo. Con este grado de infiltración en los círculos de poder, la inteligencia rusa consigue dos objetivos claros: cobertura y control (o colaboración, según el grado requerido en cada caso); esto ha sido así desde la época soviética y lo es –casualmente o no- en la rusa. De hecho, hasta hace poco, un elevado porcentaje de los altos cargos del gobierno ruso eran siloviki, si bien con Medvedev este porcentaje se ha reducido y los siloviki han perdido parte de su poder en la política, aunque aún constituyen un grupo de presión relevante (o varios, ya que hay varias “familias” de siloviki). Con la elección de Medvedev como Primer Ministro ruso, Putin reforzó a los liberales (economistas y abogados, muchos de ellos de San Petersburgo) frente a los siloviki, encabezados por Sergei Ivanov, a quien otorgó la Jefatura de la Oficina Ejecutiva Presidencial; un movimiento interesante entre dos clanes enfrentados que a partir de ese momento tienen un nexo de unión casi único: el propio Presidente Putin.

Además de con estos círculos de poder, los servicios rusos se relacionan estrechamente con movimientos ciudadanos e incluso con la iglesia ortodoxa rusa; aunque esta última relación no la vamos a describir –nos estamos focalizando, o intentándolo, en un ámbito ciber- no deja de ser un buen indicativo de hasta qué punto hay una amplia penetración social de la inteligencia en la sociedad rusa. Y veremos que esta penetración no se restringe a la inteligencia clásica, sino que se extrapola automáticamente al ámbito ciber.

Las relaciones de los servicios rusos con algunos de estos actores están en general amparadas por la Ley y no pueden más que causar prejuicios éticos; no obstante, en las relaciones “extraoficiales” la legalidad es más que dudosa, no sólo con el crimen organizado (en nuestro caso, con el cibercrimen organizado) sino también con movimientos como los patriotic hackers, que han lanzado auténticas campañas ofensivas contra objetivos de la patria rusa, quizás amparados por los propios servicios del país…
Vamos a repasar en estas próximas entradas las relaciones de la comunidad de inteligencia rusa, descrita con anterioridad, con los diferentes actores relevantes para dicha comunidad, que le permiten incrementar su control y sus capacidades de actuación, en especial extraoficialmente.

Referencias
[1] Alexander Klimburg, Heli Tirmaa-Klaar. Cybersecurity and cyberpower: concepts, conditions and capabilities for cooperation for action within the EU. Directorate-General for External Policies of the Union. Directorate B. Policy Department. European Parliament, 2011.

[2] Fred Burton, Scott Stewart. Russia and the Return of the FSB. Stratford Security Weekly. Abril, 2008.

1984 – La ficción de Orwell en la actualidad

img1Imagino que los lectores conocerán esta gran obra de George Orwell, y que trágicamente vemos día a día como se entrelazan en nuestra vida los tejemanejes del Partido que Orwell expone de un modo premonitorio en su obra. ¡Al que no conozca esta obra maestra, que deje todo lo que está haciendo y consiga un ejemplar para su lectura y asimilación inmediatamente!

Cada día tenemos más ojos pegados a nuestra nuca, y a pesar de que todos somos conscientes, todos necesitamos un kick a lo inception para despertarnos de nuestro letargo, pasotismo, indiferencia o como queramos denominar el que no actuemos en contra de esta situación. En mi caso, soy una persona bastante consciente de esto, y no suelo dejar demasiado rastro por el mundo, pero soy usuario de Google, uno de los ministerios de nuestro 1984 personal… uno de los más ávidos de información.
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La Seguridad en el nuevo reglamento de protección de datos

Las amenazas evolucionan, se profesionalizan, se multiplican. Los ciberataques se complejizan e intensifican. ¿Qué plantea el nuevo reglamento de protección de datos al respecto?

Nuestra sociedad es digital. No se trata solo de proteger datos personales, sino que el desafío consiste en defender un modo de vida en donde todo está interconectado y donde dependemos de la seguridad de los sistemas para el sostenimiento de nuestras actividades cotidianas más elementales.

Nuevos peligros, nuevos retos, nuevas leyes

El nuevo reglamento de protección de datos recoge el guante y propone un marco regulador en donde la seguridad adquiere un enorme protagonismo y un enfoque más realista y práctico.
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Aunque la mona se vista de seda… ¿Mona se queda?

Solemos asociar que el llevar a cabo ataques contra entidades que consideramos seguras sólo puede ser realizado por atacantes altamente especializados y con profundos conocimientos sobre la temática. Aunque suele ser la norma, esto no siempre es así, y para ejemplo, la noticia que saltaba este verano de dos chicos que, movidos por el famoso juego ‘Pokemon Go’, llegaron a introducirse en una zona de seguridad de un cuartel de la Guardia Civil de Las rozas en Madrid. Muchas veces no son necesarios unos amplios conocimientos técnicos, sino más bien dar en el clavo con ciertas técnicas o ideas medianamente diferentes que se nos ocurran.

En esta entrada vamos a comprobar cómo se comportan diferentes motores “antivirus” (AV) ante amenazas ya conocidas por ellos mismos pero que se encuentran empaquetadas por un software que creen conocer. No se busca hacer una comparativa de antivirus, sino analizar cómo se comportan y concienciar sobre la fe ciega que muchas veces se pone en ellos.

Para la creación del packer, en lugar de construir uno propio desde 0, lo que nos daría bastante ventaja pero complicaría su creación, se ha utilizado uno de los más famosos no por su poder de ocultación, sino por lo extendido de su uso y porque su código es libre, UPX. Los motores antivirus deberían ser capaces casi de ver ‘a través’ del empaquetamiento. Para las pruebas y modificaciones que presentamos se ha utilizado versión 3.91 de UPX.
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ImageGate: Ransomware en Facebook y Linkedin

Los investigadores de la empresa de seguridad Check Point han hecho un descubrimiento que puede hacer temblar los cimientos de las comunicaciones de hoy en día. En un mundo gobernado por las redes sociales y con Facebook como máximo exponente de las mismas, parece que los ciberdelincuentes han encontrado la vía de infección más extensa y de mayor repercusión. Y es que, como la firma de seguridad ha notificado a las compañías Facebook y Linkedin, usuarios malintencionados pueden usar sus respectivas plataformas para expandir el ransomware Locky (malware del que se ha hablado recientemente en este mismo blog).

Ya que la vulnerabilidad aún no ha sido solucionada, la empresa israelí no ha querido dar detalles técnicos para no dar facilidades a aquellos que quieran explotarla con fines maliciosos. A pesar de ello, se conoce el modus operandi para explotarla. La vulnerabilidad se basa en infectar por Locky a partir de las imágenes de las redes sociales. Para ello hay dos posibilidades: la primera de ella consiste en embeber el código malicioso en la imagen que posteriormente será subida al sitio web de la red social. La segunda consiste en utilizar dobles extensiones, camuflando archivos SVG, JS y HTA como archivos de imagen. Gracias a nuestros compañeros de laboratorio de malware de S2 Grupo, podemos confirmar que el formato ”.js” es el más utilizado para su difusión.

No hay una única manera mediante la cual un usuario pueda infectarse. Dependiendo de la táctica empleada, es posible que únicamente con visitar la dirección donde se encuentra la imagen, ésta se descargue en el equipo. En otras ocasiones, el usuario deberá pinchar sobre la imagen para llevar a cabo la descarga. Por último, y relacionado con el descubrimiento de Bart Blaze, es posible que la imagen dañina sea enviada mediante Messenger Facebook.

Una vez se ha descargado y abierto la imagen en el equipo, se pondrá en marcha la operación infección. Al ejecutarla, y siempre y cuando lo hagamos desde un sistema operativo Windows, lo que estaremos haciendo es lanzar un script que comunica con los centros de control del ransomware, descargando una copia del mismo en la máquina en cuestión. Os recomiendo ver este vídeo.

Por si alguien no está al tanto del funcionamiento del ransomware, básicamente su finalidad es conseguir dinero mediante el cifrado de los archivos de la máquina infectada. Cuando el usuario los quiera abrir, se le pedirá una gran suma de dinero por descifrar sus archivos, pago que normalmente se hará mediante bitcoins.

A pesar de que Check Point asegura que avisó a ambas compañías en septiembre, a día de hoy no está todavía resuelta la vulnerabilidad. La mejor manera de mantenerse a salvo del citado malware es no abrir cualquier tipo de archivo que se haya descargado de manera sospechosa, o de cuya legitimidad no estemos seguros. La operación conocida como ImageGate sigue activa y con un riesgo potencial para una inmensa cantidad de usuarios.

Algunas referencias de interés: