Hace un par de días, leía en el blog de Enrique Dans que al parecer, Microsoft ha proporcionado a más de 2,000 policias en 15 paises un pequeño dispositivo USB llamado COFEE (Computer Online Forensic Evidence Extractor) que contiene unas 150 herramientas, y que conectado a un equipo Windows en funcionamiento permite obtener fácil y rápidamente datos para un análisis forense: datos de actividad en Internet, registros, y contraseñas y datos cifrados con BitLocker, el programa de cifrado de Windows Vista (entiendo que obtendrá datos y contraseñas residentes en memoria volátil sin cifrar, aunque Internautas afirme sin más que “permite a los investigadores acceder a todos los documentos, incluso aunque hayan sido cifrados”).
Esto ha levantado al parecer un pequeño revuelo en Internet, y aunque no es mi estilo, he de afirmar que la ignorancia es muy atrevida. Personalmente, no soy ni amigo íntimo ni enemigo acérrimo de Microsoft; tiene sus cosas buenas, y sus cosas malas, básicamente como cualquier gran empresa; aquello de Don´t be evil pasó a la historia. Pero esta me parece, al contrario de lo que muchos opinan, una buena noticia, por mucho que algunos se hayan llevado las manos a la cabeza y hayan puesto el grito en el cielo invocado las libertades civiles.
No me extenderé demasiado porque este es un tema que me parece obvio. El dispositivo proporcionado es una herramienta de análisis forense para un sistema (Windows) que resulta opaco en muchos sentidos, y más para personal policial no siempre especializado en delitos tecnológicos. No es, por supuesto, una puerta trasera que pueda ser utilizada indiscriminadamente sin conocimiento del usuario. Tampoco permite hacer cosas que no se puedan hacer en otros sistemas, simplemente las aglutina y las facilita. Es simplemente algo que, utilizado bajo una orden judicial y presencialmente, permite obtener información del sistema rápida y sistemáticamente; como utilizar una cámara de fotos en el lugar de un asesinato, antes de que limpien la sangre.
Nada más y nada menos. ¿Ustedes qué opinan?
[Fuentes originales en NYT y Seattle Times]