En los tiempos que corren, la ciberseguridad parece haber quedado en un segundo plano (y no sin razón, hay mucha gente que tiene otras preocupaciones más acuciantes).
Sin embargo, los cibercriminales no descansan. Y en estos momentos en los que todo aquel que puede está en su casa teletrabajando (¡bien hecho!), en muchos casos a marchas forzadas, somos especialmente vulnerables a ciberataques (un ransomware, por ejemplo, podría ser desastroso).