Sin duda, todos ustedes conocerán al célebre estadístico norteamericano William Edwards Deming, firme defensor de la necesidad de transformación de la industria americana en el último tercio del pasado siglo XX y que, al mismo tiempo, desarrollaría una próspera y relevante carrera profesional durante la reconstrucción de Japón posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Con toda probabilidad, la mayoría de ustedes estarán familiarizados con los “14 principios de la Calidad Total de Deming”, cuyo cuarto principio establece que:
Don’t award business based on price; minimize total cost by having single suppliers on long-term relationships of loyalty and trust
Es decir, algo así como: “acabe con la práctica de realizar negocios fundamentados en el precio; en lugar de ello, minimice el coste total por medio de unos pocos proveedores sobre la base de relaciones a largo plazo cimentadas en la lealtad y la confianza”.
Naturalmente, un principio es una idea fundamental que debe regir un pensamiento o una conducta… ¡lo cual no significa que sea posible llevarlo a la práctica en todo momento y circunstancia!
